ALZA SALARIAL

En el mes de noviembre pasado, Rafael Correa ofreció a los trabajadores un “Salario de la Dignidad” de 320 dólares mensuales. Es decir, pretendía subir de 218 a 320 dólares el salario mínimo del trabajador ecuatoriano. Los tontos útiles o fusibles (ministros) salieron a desmentirlo, diciendo que la propuesta de ‘salario digno’ no significará el aumento del sueldo básico a 320 dólares. Los trabajadores defendían un incremento de 102 dólares, mientras que los patronos defendían un incremento de 9 dólares. Al contradictorio Correa le hicieron entender que era imposible subir el salario básico a 320 dólares sin que se extienda un caos total en el país, ya que ello significaría despidos masivos de empleados y trabajadores. Es más, el mismo gobierno no hubiese podido pagar a su ya abultada burrocracia. (de burros)

A fines de diciembre, la rectificadora Correa anunció el alza salarial. Se incrementó en 22 dólares para los trabajadores en general. Para los trabajadores de la pequeña industria, sector agrícola y maquila se incrementó de 185 a 240 dólares; al sector doméstico de 200 a 240 dólares. El alza trae consigo mayores pagos al IESS, mayores fondos de reserva, etc. Sólo como ejemplo, en el caso de las trabajadoras domésticas, que se calculan existen 138.000 personas dedicadas a esta actividad, el patrono o empleador deberá pagar en promedio, más de 320 dólares por mes. Si una madre de familia salía a trabajar para ayudar en la economía del hogar, ahora deberá pensar dos veces, si seguir en su empleo o renunciar al mismo, porque su sueldo se irá en pagar a la doméstica. Existen miles de profesionales en el país que ni siquiera ganan el salario mínimo de 240 dólares. Existen cientos de miles que ni siquiera logran conseguir trabajo, pero claro, Correa por decreto fija un salario que empobrece más a los ecuatorianos.

El incremento salarial es rechazado no solo por los trabajadores sino por todos los ecuatorianos, obviamente desde sus diferentes puntos de vista. La desocupación será la constante. Solo recordemos que el año anterior el mismo gobierno despidió a miles de trabajadores. Las pequeñas empresas se verán obligadas a disminuir el número de sus trabajadores; el sector agrícola despedirá a sus trabajadores que irán a las grandes ciudades en busca de trabajo y a formar cinturones de miseria; el sector doméstico será afectado por miles de despidos. Miles irán a la desocupación, cuanto más que el 60% de la población económicamente activa está en el sector informal, subempleado o desempleado. Por lo mismo, no habrá una reactivación económica en el corto plazo.

Paralela a esa decisión, el tratamiento de las leyes enviadas por el Presidente Correa a la Asamblea Nacional, como el de la Ley de Educación Superior; la Ley de Aguas; la Ley Mordaza con las que se pretende callarnos; la violación de los derechos humanos; el abuso de poder; el abuso de las cadenas radiales; los juicios políticos; las denuncias temerarias y maliciosas inventadas por el Fiscal amigo íntimo de Correa y ordenadas por éste en contra de ciudadanos honorables; la corrupción que es ya es de todos y ahora amparada por Rafael Correa; los apagones; la delincuencia que está dentro del gobierno; los insultos sabatinos; el envío de fuerzas de choque en contra del Alcalde de Guayaquil, etc. hará que en pocos días más, el desorden sea de todos. Paros, levantamientos de los trabajadores, levantamiento de los indígenas, protestas de los estudiantes, protestas del pueblo, cierre de carreteras, bombas lacrimógenas, estallidos de violencia por doquier, abusos de autoridad, muertos, heridos, etc., eso será pan de todos los días; eso es lo que nos espera. El descontento general.

Señor Rafael Correa, lo que viene al país no es un complot del cuartel para mandarlo a su casa. No señor, eso se llama hambre, corrupción al más alto nivel, desocupación, miseria, pobreza, falta de empleo. El socialismo y comunismo ya fracasó en otros países como su Venezuela, su Cuba, en Rusia, en China, en Irán, etc. y usted insiste tontamente en guiarnos hacia ese rumbo. Tiene tiempo de buscar un nuevo modelo económico que genere empleo. Queremos seguridad jurídica y libertad de expresión. El resto viene solo.

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