miércoles, 22 de diciembre de 2010

TERRORISMO DE ESTADO

Recuerdo con nostalgia pocos años atrás. El Ecuador era una “isla de paz” dentro del contexto mundial. Mientras sus vecinos de Latinoamérica tenían graves problemas con las Farc en Colombia, Tupamaros en Uruguay, Sendero Luminoso en Perú, Montoneras en Argentina, etc., los ecuatorianos vivíamos en un edén de paz, de tranquilidad, excepto por alguna fantasía del grupo subversivo guerrillero AVC (Alfaro Vive Carajo). Habíamos dejado atrás las dictaduras que en nada cambiaron al país. Con todas las fallas que tenía la democracia hasta antes de llegar Correa, los ecuatorianos teníamos trabajo, paz, seguridad jurídica, seguridad en las calles, dignidad, libertad de prensa, de opinión, etc. Los gobiernos corruptos de Abdalá Bucaram y Lucio Gutiérrez, hicieron que los ecuatorianos salgamos a las calles en marchas de protestas, hasta que la sociedad civil pudo mandarlos a sus casas. No hubo muertos.

El pueblo quería simplemente un cambio, quería gente nueva; estaba cansado de los viejos partidos políticos y sus dirigentes. Así fue como que el ilustre desconocido Rafael Correa Delgado, ayudado por los que él llama “prensa corrupta”, con la ayuda económica de las FARC, con la ayuda del Estado venezolano, pudo llegar en segunda vuelta electoral a la Presidencia de la República. Obviamente que ocultó al pueblo sus intenciones de aplicar el socialismo del Siglo XXI de Hugo Chávez, porque hubiera perdido las elecciones. Ganada las elecciones, debía tomar posesión de su cargo en el Congreso Nacional. Por disposición de la Constitución, debía…“jurar y respetar la Constitución y leyes de la República del Ecuador”, pero ante la incredulidad de pocos ecuatorianos, no tomó el juramento al que estaba obligado, convirtiéndose así en el Primer Violador Constitucional, apenas a los pocos minutos de colocarse la banda presidencial. En ese momento, en ese instante me di cuenta que Rafael Correa traería desgracia a los ecuatorianos; que perderíamos la paz y tranquilidad; que mientras dure su gobierno la desocupación laboral llegará a límites alarmantes; no tendremos trabajo millones de compatriotas; que treparía en forma alarmante la burocracia y el crimen organizado; que iríamos a un despeñadero hasta tocar fondo. Desgraciadamente no me equivoqué. Los ecuatorianos y el mundo vemos embobados como Correa genera decenas de noticias todos los días, pero noticias que nos sacuden y nos desorientan.

Hemos visto con mucha preocupación como personas a las que creíamos honorables e inteligentes, profesionales, pelucones, se subieron al barco de Correa para poder repartirse mejor la torta. Son los nuevos ricos del país, los nuevos corruptos que quieren llenarse los bolsillos. Empezó la debacle. Correa destruyó la institucionalidad del país. La dejó en soletas, y desde hace cuatro años no da pie con bola, todavía no aprende a gobernar y los miles de millones de dólares (sesenta mil millones de dólares) del Estado han desaparecido porque no se lo ve en obras ni en proyectos, y lo que es peor no le importa la vida, la paz y la seguridad de los ecuatorianos. En cuatro años de gobierno, ha enviado a las fuerzas de choque, policías y militares contra el pueblo que reclama obras y derechos. Ha ordenado mano dura, bombas lacrimógenas y bala. Después del 30 de septiembre tiene a su haber más de diez muertos, más de 270 heridos, decenas de presos acusados de terrorismo, por el solo hecho de reclamar sus derechos. Mientras tanto el crimen organizado está de plácemes, armado hasta los dientes, mientras Correa desarmó al pueblo, y ahora no tiene ninguna arma para defender a su familia. Que tal. Veamos unos pocos titulares de prensa del país, escogidos al azar pero que reflejan una verdad del gobierno de Correa, así:

- Ocho Universitarios a juicio por presunta agresión terrorista

- Fiscal acusa del delito de terrorismo a 11 indígenas shuar

- Un dirigente universitario fue hallado culpable de terrorismo

- Periodista está prófugo por “acto terrorista” contra el Presidente Correa

- Policías acusados de terroristas e intento de matar al presidente

- Comité de Guardianes del Régimen para defender la política del gobierno

- Comités de Defensa de la Revolución (CDR)

- Jalkh afirma que se debe reforzar la lucha contra el crimen organizado

- Correa: Quienes retuvieron a un oficial de policía mientras protestaban por la Ley Minera en el sur del país, serán acusados de secuestro e intento de asesinato

- Dos hombres fueron asesinados con armas de fuego

- Justicia acosada: Estamos viviendo momentos de totalitarismo concentrado en manos del Ejecutivo

- Ministro de Seguridad Miguel Carvajal: los índices delictivos se mantienen altos

- Doris Solís: (el 30s) No comuniqué bien el mensaje

- Régimen dice tener pruebas contra César Carrión

La lista es interminable. Imagínense 1440 días de desgobierno y varias noticias al día.

Mientras tanto, en la ciudad de Guayaquil los vendedores informales se han convertido en fuerza de choque del gobierno correísta contra el Alcalde de esa Ciudad. Los informales en varias ocasiones se han tomado las calles públicas, cierran las vías al tráfico vehicular, queman llantas, etc., todo con el respaldo y aprobación de Rafael Correa, quien envía a la policía nacional “para que defienda a los informales” de la policía municipal que pretende hacer cumplir la ordenanza de ocupación de vías, y por ende del bienestar de los guayaquileños. ¿Correa odia a los guayaquileños o al Alcalde Nebot?

Es clara la intención del gobierno de Correa. A todos sus opositores políticos que reclaman en las calles o que cierran vías, los acusa de terroristas; el fiscal pide la prisión de los “terroristas” y los jueces corruptos serviles del de turno, aceptan ordenar la prisión de los manifestantes o reclamantes, sin que exista prueba alguna de terrorismo; el de turno ordena que millares de policías y del ejército ecuatoriano, armados como para ir a una guerra, despejen las vías y agredan a mansalva a los terroristas. Que caretuco. Ha perdido la vergüenza si es que alguna vez la tuvo.

Es fácil entender que el gobierno no quiere oposición. No quiere una prensa libre. No quiere que exista libertad de expresión. Por ello ha recurrido a la más innoble y ruin de las armas políticas, acusando no a sus opositores políticos, sino al pueblo que reclama obras, como terroristas, implementando para ello, UN TERRORISMO DE ESTADO. Si señores, un terrorismo de estado en donde se pretende dominar al pueblo mediante el terror, el temor, la inseguridad, el miedo. Eso lo vemos en el día a día, por una serie de actos de violencia ejecutados por el gobierno para infundir terror. Amenazas de clausura y sanciones a televisoras no gubernamentales; cadenas nacionales a toda hora y para engañar al pueblo; defensa gratuita a los ladrones, criminales y narcotraficantes. El otrora Ecuador considerado una isla de paz, ahora es el refugio de asesinos y maleantes de la peor calaña que ingresan libremente, sin visas, sin pasaporte, sin pasado judicial. Todo al parecer patrocinado por el gobierno, para causar terror, pánico, sobresalto, alarma social, miedo. Se repite lo de Cuba y Venezuela.

Estas bandas bien organizadas actúan a vista y complacencia de Correa. La policía nacional se ve imposibilitada de desarmar tales bandas, porque Correa simplemente anuló la inteligencia policial y militar. Con ello, Correa ha conseguido crear una alarma social gigantesca en el país. Hay muertes diarias, secuestros diarios, ataques alevosos a periodistas, mal trato a periodistas de los medios de comunicación del gobierno, clausura de establecimientos de supuestos opositores o enemigos de Correa, incautación ilegal de bienes muebles, asaltos bancarios, asaltos con heridas y muerte en las calles, etc., todo ello para mantener su ego y fines políticos completamente irresponsables y equivocados.

Correa pretende ser un líder no sólo en el Ecuador sino en Latinoamérica y para ello, todo vale. Sus grupos policiales, el ejército, o a lo mejor unidades secretas o irregulares provenientes de otros países amigos del régimen, ingresan en casas particulares en busca de documentos que comprometen al gobierno corrupto; asalto con armas al ex comandante de las Fuerza Aérea Ecuatoriana que ahora se debate entre la vida y la muerte, por el único delito de haber denunciado públicamente la compra no conveniente de helicópteros a la India, y que los aviones regalados por el gobierno de Chávez eran chatarras, más viejos que Fidel Castro; toma armada de las instalaciones de la Revista Vanguardia; incautación ilegal de sus computadoras, etc. Es decir, las actuaciones del gobierno de la cacareada revolución ciudadana, no ha hecho sino alterar la paz pública. Para mantener su popularidad que caía en picada, se inventaron un intento de golpe de estado confabulado por policías de esquina, por policías de tránsito o de policías que cuidan las residencias de los nuevos ricos y famosos funcionarios públicos, en perjuicio de los miles de ecuatorianos que exigimos que la policía esté en las calles defendiendo a los ecuatorianos y no guardando la seguridad de los saqueadores de mi patria.

A Correa parece le ha gustado gobernar al puro estilo de Hitler, Chávez, Ortega, o le gustó la lectura del libro de Maquiavelo, El Príncipe en el que decía “es más seguro ser temido que amado”. Con ello, hambre y miseria al pueblo; gases y bala a los manifestantes. Ordenes de captura para la oposición “terrorista”. La revolución ciudadana es el TERRORISMO DE ESTADO.

Estos regímenes de terror se caracterizan por tener un monopolio de los medios de comunicación (Correa tiene más del 51% de medios) con lo que pretenden lavar la mente de los ciudadanos. No les interesa la vida y seguridad de sus compatriotas. Quieren más poder y poder, pero estos tiranos opresores siempre han sido destruidos.

Es hora señor Correa de pensar en el hambre del pueblo y buscar soluciones inteligentes y no políticas. Han pasado cuatro años de su revolución ciudadana, y el único cambio que vemos es el haber incrementado en miles de miles de burócratas obedientes, corruptos y que al igual que usted no saben manejar la cosa pública. El único cambio notorio es el de letreros de las instituciones públicas, con nuevos nombres pomposos copiados de Venezuela. Es hora de buscar consensos, de dejar el odio que ya ha causado un daño del que no podremos recuperarnos en décadas. Debe ordenar que los extranjeros lleguen al país con visa de permanencia legal, como cualquier turista del mundo. Eso de las fronteras abiertas, no es sino coadyuvar al ingreso de más criminales.

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lunes, 29 de noviembre de 2010

QUITO LUZ DE AMERICA


La hermosa ciudad de Quito es la capital de la República de Ecuador. Está ubicada en la parte occidental de los Andes, a 2850 metros sobre el nivel del mar. Se dice tener una población aproximada de 1.500.000 habitantes. Quito fue declarada por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad (1978). Su centro histórico es la admiración de propios y extraños; sus iglesias; sus museos; sus casas coloniales de diferentes estilos; sus patios; sus monumentos, hacen que todos lo vean como una ciudad verdaderamente hermosa, digna de visitarla. Es una joya arquitectónica para el deleite de los viajeros del mundo.

El español Sebastián de Belalcázar o Benalcázar fundó la ciudad de San Francisco de Quito el 6 de diciembre de 1534. El nombre verdadero del español era el de Sebastián Moyano, pero cambió su apellido porque era oriundo de la población de Belalcázar o Benalcázar, en Córdova. Es de anotar que la ciudad de Quito en verdad no fue fundada por Benalcázar, pues la ciudad ya existía, y cuando Benalcázar llegó a la ciudad de nuestros indios, la ciudad indígena se hallaba en cenizas, porque días antes fue incendiada por el General Inca Rumiñahui, con el objeto de que los españoles no la saqueen. De todas maneras, los quiteños han tomado esa fecha como fundación de su ciudad y año tras año vienen celebrando las fiestas con gran pompa, con mucho ruido. Bien por ellos, pero tienen una fecha para celebrar y así celebrarán de largo.

Los historiadores ecuatorianos (no conozco ninguno que narre la verdadera historia de los ecuatorianos), nos han dicho que la primera conjura de la revolución en la capital ecuatoriana nació en una navidad del año de 1808, en la hacienda del Marqués de Selva Alegre, Juan Pío Montufar. Otros, nos han dicho que la revuelta (-no la revuelta inventada y creada el 30 de septiembre del 2010 por el Presidente Correa-) se concretó el 10 de agosto de 1809, cuando una Junta de notables desconocieron la autoridad del Conde Ruiz de Castilla. España quiso abolir los aires de libertad que querían los quiteños, por lo que en diciembre de 1809 ordenó el arresto de 74 ciudadanos de la élite quiteña a los que asesinaron cobardemente. Ocho meses después, el 2 de agosto de 1810, asesinaron sin piedad a más de 300 quiteños, unos en el Cuartel denominado Real Audiencia de Quito, otros en las calles de Quito.

Ahora, en el 2010, con bombos y platillos el Alcalde capitalino gastó ingentes cantidades de dinero de los quiteños, al realizar una propaganda costosa para celebrar el bicentenario del 2 de agosto de 1810, de Quito Luz de América. En la Plaza de la Independencia, al pie del Palacio de Carondelet y del horrible edificio del Municipio quiteño, se colocaron feas y enormes pancartas y carteles, con varias leyendas como: “Barrios rebeldes”, “América Despierta”, “Luz que no muere”, “300 personas asesinadas”, “Muros sangrientos de Quito”, “La Llama de Quito”. Se dio el lujo de mentir a los ecuatorianos, cuando afirmaba en sus costosas propagandas que traían al país los restos, las osamentas de una luchadora de la libertad, la pareja de Simón Bolívar. Mientras tanto, una docena de ciudadanos no sé si ecuatorianos o extranjeros, con pañuelos rojos en sus cuellos, y unas gorras con un logotipo MRL (Movimiento Revolucionario Latinoamericano) tipo revolucionario, con pancartas y banderas, disqué daban un respaldo al Presidente Correa por el “Intento de Golpe de Estado”. Los próceres quiteños asesinados en 1810 ahora son héroes de la Patria. En el 2010 cuando que el pueblo reclama obras, seguridad jurídica, denuncias a la corrupción, etc., es repelido con bala, bombas lacrimógenas; los que se manifiestan y protestan en las calles son acusados de terroristas y conspiradores; se les inicia juicios penales con la orden de Correa y la aceptación de sus fiscales en iniciar “investigaciones”. Los dirigentes inmediatamente son enjuiciados y con orden de prisión; los delincuentes apresados con las manos en la masa, en asaltos, robos, secuestros, etc., son dejados en libertad al día siguiente, sin investigación y sin juicios; las órdenes de prisión y libertad son pedidas por los fiscales corruptos a los jueces corruptos que aceptan gustosos la petición simple y llana de un fiscal corrupto, que a su vez recibe órdenes de su superior corrupto y éste del primer violador de la Constitución. Estos ciudadanos que reclaman libertad, serán los héroes del mañana y también celebraremos no por el paso de 200 años en la historia, sino en un tiempo más corto. La revolución ciudadana de Correa caerá por su propio peso, porque todo lo que sube baja. ¿Verdad? Quito y el país se hallan ahora sumidos en la oscuridad, en la tenebrosidad. Correa y Barrera jamás podrán apagar las luces de libertad.

Cabe recordar que el actual Alcalde capitalino Augusto Barrera, -que siempre estuvo en el anonimato-, llegó a la Alcaldía de Quito de la mano del Presidente Correa, en las últimas elecciones fraudulentas del 2009, posesionándose de su cargo el 31 de julio de ese año. Hizo sus primeros pinitos como Alcalde de esta bella ciudad y habló y sigue hablando bla bla bla bla y nada. Pico de oro. No da pie con bola. No tenía ni tiene la más mínima idea de cómo administrar una ciudad de la importancia de Quito, de su gente. Quito es una ciudad cosmopolita que ha albergado a ciudadanos de todos los rincones de la patria y del mundo, creando aquéllos un aporte fundamental para su desarrollo y crecimiento. Ahora, con el gobierno de la revolución ciudadana de Correa, se abrieron las fronteras y cualquier persona puede ingresar sin pasaporte, sin identificación, a vivir en nuestra ciudad. Vienen colombianos, peruanos, africanos, iraníes, cubanos, nicaragüenses, mexicanos, coreanos, chinos, etc., pero no de turistas, sino a trabajar ilegalmente y no precisamente honestamente. Los extranjeros son bienvenidos como turistas, los tratamos muy bien y tenemos ganada esa muy buena fama. Pero lamentablemente, por la decisión política de Rafael Correa, ahora llegan extranjeros para robar, para asesinar. Claro, no son todos, pero la gran mayoría vienen para delinquir, con drogas, con trata de blancas, con asesinos a sueldo, con horrorosos crímenes, etc. ¡Viva la revolución ciudadana! Ellos no vienen a contribuir al desarrollo de la ciudad o del país, sino a dar temor e inseguridad a los quiteños y ecuatorianos, que más parece los trajo para ese fin, para sembrar el caos e introducirnos a su socialismo del siglo XXI. Por ello el ataque a los medios de comunicación que no están con el gobierno, mientras los canales del gobierno, destilan veneno y narran los espeluznantes crímenes que siembran el temor, el miedo, la inseguridad. La hermosa ciudad de Quito se ha convertido en una de las ciudades más caóticas del mundo, especialmente por la corrupción existente en todos los cargos burocráticos del gobierno central y seccional. ¿Acaso no debemos sentir inseguridad, miedo, terror, temor, impotencia, etc., cuando los delincuentes protegidos del gobierno nos ponen una metralleta al pecho?

La ciudad de Quito prácticamente se extiende desde Machachi al sur, hasta Guayllabamba al Norte en una estrecha franja de más o menos cincuenta kilómetros de largo, por entre dos y cuatro kilómetros de ancho. De ahí que los quiteños hayan puesto todas sus ganas de ir a poblar los valles, que gozan de un muy buen clima primaveral, dejando atrás los problemas de contaminación ambiental, toneladas de basura en las calles que no reciben un tratamiento adecuado, el problema de inseguridad, ruido, etc. Lamentablemente, la enorme migración hacia los valles que no tenía ni tiene suficiente infraestructura básica, hace que el vivir acá sea difícil y somos relegados por el Alcalde que no hace nada por solucionar los millares de problemas que tenemos, y lo peor sin que nadie proteste. ¡Basta ya de tanta indiferencia!

Las obras del Alcalde Augusto Barrera en el año y medio frente a la Alcaldía de Quito, están a la vista de todos los quiteños, así:

Pancartas gigantescas colocadas por más de dos meses en la Plaza de la Independencia, obviamente que sin comentarios favorables de los turistas nacionales y extranjeros y peor de los quiteños; retraso en la construcción del nuevo aeropuerto de Quito; no expropia los terrenos por dónde se abrirán las nuevas vías para el aeropuerto; no llama a concurso de compañías calificadas para la construcción de las arterias que llevarán a los miles de pasajeros al nuevo aeropuerto que se dice terminará su construcción e implementación en el año 2011; la construcción de esas vías demorarán por lo menos cuatro años, en el 2014, y no se llama a concurso para su construcción para luego con un decreto presidencial, entregar las obras a dedo; no construye otras vías de acceso necesarias para la movilización de los quiteños desde y hacia los valles de Cumbayá, Tumbaco y Los Chillos; continúa cobrando cuarenta centavos por pasar un túnel de 1.800 metros que conecta la Plaza Argentina con otra parte de la ciudad de Quito, peaje innecesario dentro de la ciudad, cuyos ingresos mensuales superan los 500.000 dólares, pero que el Alcalde no es capaz de ordenar tapar los baches de la única vía que baja a los valles; no ordena la señalización y pintura en la principal arteria, poniendo en peligro la vida de más de cien mil quiteños que diariamente se movilizan a su trabajo; no ordena las obras de infraestructura básica, como agua potable, alcantarillado, pavimento de calles, etc., dejando que esas obras supuestamente las realice la junta Parroquial que no asoma por ningún lado y no tiene presupuesto, pero sí para seguir en campaña a favor del gobierno de Correa; calles abiertas y dejadas a medio construir o inservibles cuando se han roto tuberías de agua; permite construcciones ilegales sobre calles y veredas. Es decir NO existe planificación. Los administradores de los valles, no tiene experiencia alguna. Solo sirven para cobrar y doble por “obras de la ciudad” e “impuesto al predio urbano”. Y para nada más. La corrupción deja mucho que desear; se venden vías públicas en perjuicio de miles de ciudadanos que ven asombrados como se enangostan las calles; vemos comisarios de salud, que nada hacen por la salud de sus vecinos; Comisarios de Ornato, que solamente están de adorno y no despachan las miles de denuncias que llenan los archivos de las oficinas municipales; funcionarios que se hacen los sordos, ciegos y mudos, cuando ven dinero de por medio con “propinas” o coimas, permitiendo se construyan cerramientos, casas, etc., sin autorización; cuando los vecinos denunciamos tales obras, se hacen de oído sordo y no son incapaces de sancionar con demoliciones y con celeridad. Las construcciones y obras ilegales siguen todos los días a vista de los malos funcionarios. No hay quien las pare; los juzgamientos quedan en el olvido, duran muchos años, mientras el infractor hace las obras que quiere, termina sus construcciones y aquí no ha pasado nada; son ciegos para ver como las construcciones avanzan sobre las calles públicas y sobre las veredas; los cerramientos de lotes construidos sobre las aceras. Parece ser que vivimos con la Ley de la Jungla. Si quiere señor Berrera, le proporcionaré las fotos de las construcciones ilegales, y con el número de los procesos iniciados hace años y que no han merecido sentencia.

Al igual que en el gobierno central, los funcionarios municipales son ilustres desconocidos que llegan de graduarse de profesionales en alguna universidad chimbo y van a calentar el puesto pero con sueldos dorados. La improvisación de algún concejal hizo por ejemplo que en Cumbayá se construya un “chapa acostado” o rompe velocidades y adicionalmente un semáforo sobre ese obstáculo, que lo único que ha hecho es causar enormes congestiones de tránsito en el sector, con varios kilómetros de colas de vehículos por los dos lados; no ordena demoler ese rompe velocidades que ya es causante de varios accidentes de tránsito y conservar únicamente el semáforo.

Durante los dieciséis meses que está Barrera al frente de la Alcaldía, no ha hecho sino mantener barreras peligrosas en las vías de Quito. Por donde se circule se encuentra rompe velocidades. Ejemplos: De Pifo al Quinche, existen más de veinte barreras o rompe velocidades. Si usted viene del valle de los Chillos hacia el valle de Tumbaco, también encuentra barreras realizadas por personas particulares y autorizadas por el municipio, que han colocado sus ventas con frente a la vía, pero con las barreras pretenden llamar la atención de los conductores. En la zona de la Mariscal se construyeron rompe velocidades en las calles secundarias en intersección con la Av. Amazonas, que impide una circulación normal pese a existir semáforos. Así, cada quiteño sabe de estos rompe velocidades. Sólo pensemos que una barrera, un rompe velocidades o un “chapa acostado” está ahí durante las veinte y cuatro horas del día, obstaculizando el libre tránsito y provocando sobre todo en las noches, todo tipo de accidentes y roturas de los vehículos que tuvieron la mala suerte de circular por esas vías.

¿Y el Alcalde Barrera? Bien muchas gracias dirán los del gobierno de la revolución ciudadana, y otro diremos, “calentando el puesto” como se decía en la escuela, a los vagos que no hacían nada. Ojalá los quiteños ya no se dejen engañar más por los mentirosos de la revolución ciudadana, de los ociosos listos que no son socialistas. Votemos bien a futuro o botemos a los incapaces conforme lo ordena la Constitución aprobada por ellos mismos.

No soy quiteño pero exijo respeto para los quiteños y los que vivimos en la bella ciudad de Quito; pedimos se sancionen a los infractores de las ordenanzas municipales; que se acabe con la improvisación y la inexperiencia. Me siento defraudado señor bla bla.


domingo, 24 de octubre de 2010

PRIMERO MUERTO QUE PERDER LA VIDA

Ya habíamos notado que al Presidente Correa le encanta copiar lo que otras personas hacen, como disfrazarse con camisitas sin cuello; sonreír sin gracia y por nada. El copia lo que no debe copiar de Chávez por ejemplo, como la conducción del país. Copia el estilo del ex ministro Arboleda (Gobierno de Gutiérrez), de abrirse la camisa ante las cámaras mostrando el pecho y pedir que le maten. Copia de Sixto Durán (ex Presidente de Ecuador) sus palabras de “Ni un paso atrás”, cuando la guerra de Ecuador y Perú. Copia al Che Guevara cuando dice “Hasta la victoria siempre”. A los miembros de las FARC de Colombia, cuando dice “el compañero Chauvín” y lo va a visitar a la cárcel; “el compañero Aisalla”, etc. etc.

A consecuencia del último “septiembre negro” para los ecuatorianos, -el ya famoso 30 de septiembre del 2010-, (por la muerte de por lo menos diez ecuatorianos y más de doscientos ochenta heridos de bala), el Presidente Correa, queriendo asegurar y afirmar sobre el intento de golpe estado, creado en su mente, incitado por él, programado por él, provocado por él, cimentado por él, con un único final: subir su inmenso ego y por ende su popularidad que no llegaba al 40%. Viene perdiendo su poca sensatez y cordura si es que la tenía. Por ello, sin vergüenza alguna aparece ante los medios de prensa internacional, para copiando las frases del famoso Chavo del Ocho, decir: “PRIMERO MUERTO QUE PERDER LA VIDA”. (http://www.youtube.com/, Correa vs El Chavo) Que tal.

Se supone que cualquier mandatario de un país pequeño, de uno grande o rico, o pobre, un presidente de una república democrática o no, un rey de un estado cualquiera, un sultán, etc., ha estudiado y se ha preparado durante muchos años para gobernar, para tener una pizca de mando, de estadista, de conocimientos. Aprenden a callarse cuando están primero los intereses del pueblo y no decir en Lovaina, Bélgica que “lloraba de rabia” cuando pensaba en que un maestro universitario que no le enseñó nada le daba clases en la mañana y en la tarde criaba pollos. Como no saben callarse, un Rey mandó callarse a Chávez.

La importancia de la función de un mandatario frente a un pueblo que lo eligió es sin lugar a dudas de extrema importancia para una paz ciudadana, para una democracia. Pero en nuestro país, el que quiere ser líder del ALBA, de Latinoamérica, del Movimiento Revolucionario Latinoamericano, el que insulta y ofende a políticos serios y honestos, a mandatarios de otros países, etc., no puede copiar un chiste por muy bueno que sea. No señor Presidente, usted no puede equivocarse. Usted no aprendió a gobernar, no se preparó para dirigir un país, no aprendió a callar la boca, no aprendió nada de nada. Usted no quiere aprender a respetar a sus conciudadanos. Usted no aprendió a respetar la vida de los ecuatorianos. ¿Por qué será? Qué pena. A lo mejor se le “chispoteó”, porque no puede explicar a los medios y al pueblo que en el Ecuador jamás hubo intento de golpe de estado.

Usted ya estaba al corriente (antes del 30 de septiembre), del malestar que existía en la policía nacional y ejército ecuatoriano. Sin embargo, pese a que muchos ciudadanos le advirtieron, no les hizo caso. Sus mismos asambleístas alza manos le dijeron que no les quite los derechos adquiridos de las fuerzas armadas, pero usted con el veto abusivo a la Ley de Servicio Público, les dijo “ni un paso atrás”, aunque días después dio muchos pasos atrás, reculó, retrocedió ante la amenaza del ejército ecuatoriano. Usted, conociendo del justo reclamo de las tropas, del paro laboral de la policía, se fue a meter en la boca del lobo, a gritar, a insultar, mostrar su pecho y pedir que lo maten. Eso no se hace señor Presidente. Si usted tuviera conciencia y corazón, debería agradecer a los policías que no le mataron antes de perder la vida. Usted pidió que lo maten y ellos desobedecieron su orden. ¿Verdad? Ahora se los persigue con ensañamiento, con odio, con rencor, cuando debería agradecerles por no quitarle la vida.

Si la sublevación de la policía le molesta tanto, debe dejar a las instituciones de justicia para que en forma libre, sin presiones de usted, se proceda a una investigación imparcial. Pero claro, hallarán culpables a personas inocentes, y jamás nadie se atreverá a seguir una indagación en su contra, porque por su culpa se perdieron diez vidas humanas y más de 280 heridos de bala. Eso lo sabe usted, porque usted tiene todo el poder y bajo su mando se encuentran todas las instituciones que usted ya las mató antes de perder la vida, como el Tribunal Constitucional ilegal: la Corte Nacional de Justicia; la Fiscalía del Estado; el Consejo de la Judicatura; el Procurador General del Estado; el Contralor, la Superintendencia de Bancos, de Compañías, etc. La lista es larguísima. Ellos, sus amigos burócratas tiemblan ante su autoritarismo, pero aceptan gustosos sus cargos por la corrupción que viene más acentuada en estos últimos años. Se acusa y se priva de la libertad a quienes reclaman sus derechos, se los acusa de terroristas, mientras su gobierno sacó a las calles a más de diez mil delincuentes, por otro de sus desaciertos, el cambiar leyes penales que deben ser estudiadas como ciencia, por profesionales del derecho, y no aprobarlas por órdenes del mandatario para que sus asambleístas que nada de inteligencia tienen, levanten las manos en sumisión a su majestad.

Vemos que el odio del presidente es sólo hacia los que le salvaron la vida, los policías, pero al ejército ecuatoriano que también se sublevaron y se tomaron el aeropuerto de Quito, de Latacunga, etc., ni siquiera se les inicia una acción o indagación penal. Para ellos la impunidad. Para los policías y supuestos golpistas que no se los ve, el odio, el rencor, el destierro obligado o pase a otras ciudades, apartándolos de sus familias.

Hace muy mal el Presidente Correa en engañar a los países amigos e instituciones internacionales, cuando pretende insistir que sí hubo un “intento de golpe de estado”. Los ecuatorianos sabemos que la policía paralizó sus labores para hacer un justo reclamo que sus superiores no pudieron hacerlo con firmeza al Presidente, y si trataron esos puntos con el Presidente, a él, su majestad le dio igual. Les quitó sus derechos adquiridos y punto.

Correa insiste en que se ha querido vulnerar la democracia. ¿Cuál democracia señor Presidente, si en Ecuador hay una dictadura disfrazada de socialismo del siglo XXI? Usted tiene el poder absoluto, totalitario de las ya acabadas instituciones del estado.

La cacería de brujas ya es de todos. Fueron arrestados 50 policías. Se emitieron órdenes de prisión para policías de la escolta legislativa y para personas que acudieron al Canal de Televisión Pública para exigir ser entrevistados en ese canal, que le pertenece al Estado y no al gobierno de turno y sus esbirros... Amplía el estado de excepción en todo el país, y ¿para qué? No hay conmoción nacional, peor capitalina, ni alteración del orden público. La remoción de policías dejará en la miseria a quinientas familias. Este sí es un drama real señor Presidente.

Compatriotas, nos ha quedado una lección enorme para los días venideros, lección que nos servirá para que en nuevas elecciones podamos elegir hombres nobles, honestos, que piensen y actúen en beneficio del pueblo. No a la demagogia. No al populismo. No a los improvisados. No a la corrupción. No olvidemos los muertos y heridos. No queremos vivir con miedo, con desasosiego, con espanto, con temor, con incertidumbre, con inseguridad jurídica; con inseguridad ciudadana; los muertos podemos contarlos por centenares porque los pillos están en las calles y otros en los cargos burocráticos, pero para ellos no hay prisión. El Ecuador seguirá a la deriva, sin timón, mientras no exista la voluntad de Correa para dar seguridad a los inversionistas de capitales nacionales y del extranjero, con leyes que permitan que se amplíen las fuentes de trabajo y no seguir manteniendo el índice más alto de desocupación en el mundo.

Cuantos pudimos ver en los medios televisivos del país, (en vivo y en directo), mirábamos asombrados como se daba bala por parte de los militares, desde la calle, hacia el frontis del hospital policial en dónde habían decenas de enfermos, el mismo Presidente, médicos, enfermeras, periodistas, niños, madres parturientas, etc. Esas imágenes debemos mantenerlas en nuestra memoria como un recuerdo de lo que la violencia gobiernista puede desatar, cuando no existe libertad, sino autoritarismo, la dictadura del poder.

Nos preguntamos los ecuatorianos: si verdaderamente el Presidente estuvo secuestrado (particularmente me niego a creerlo), ¿Cuál fue el loco que dio la orden y mandó a más de 500 uniformados y pertrechados hombres del ejército con tanquetas y con armamento como para ir a una guerra, para atacar un hospital con unos pocos policías armados con sus pistolas de dotación, mientras otro grupo policial resguardaba la vida misma del Presidente? ¿Cuál fue el idiota que mandó por un lado a civiles y por otro al ejército para “rescatar” al Presidente? De esta enorme lección, saquemos como conclusión de que no podemos perder nuestra libertad de pensamiento, nuestra libertad de expresión, nuestros derechos connaturales. No queremos señor Presidente que nos silencie, que nos adviertan de amenazas de muerte, de juicios ilegales y parcializados con amenazas de cárcel; no queremos que nos acusen de terroristas; no queremos ser víctimas de su incapacidad para gobernar.

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domingo, 10 de octubre de 2010

CACERIA DE BRUJAS

Han pasado diez días del lamentable acontecimiento vergonzoso que quedará en la memoria de los ecuatorianos. La factura pasada a los ecuatorianos por el Presidente Correa son diez muertos y más de 280 heridos. Correa debería cargar en su conciencia los muertos y heridos, pero quienes seguimos de cerca sus pasos, sabemos que vivirá en paz consigo mismo y sus gobiernistas, buscando nuevas aventuras para mantener “su popularidad” a costa del hambre, miseria y falta de trabajo para sus gobernados. Lo único de positivo que avizoramos, que advertimos, es que los ecuatorianos estamos preparados y dispuestos a luchar por la libertad de expresión, la libertad de prensa. Si Correa insiste en arrebatarnos nuestras libertades, correrán ríos de sangre, porque sabremos defenderla con nuestras vidas.

No está por demás indicar que lo peor que le pasó a los ecuatorianos el 30 de septiembre, es la confirmación de que nuestra patria ha sido dividida a extremos insospechados por obra y gracia de un mandatario autoritario que desde el inicio de su gobierno no ha hecho más que romper con toda la institucionalidad del Estado. Tenemos una dictadura disfrazada de socialismo del siglo XXI, pero la Democracia que reclama el mismo Correa y sus amigos Chávez, Morales, Ortega, el ALBA, la OEA, la UE, etc., ya la perdimos desde hace rato, y aquéllos que señalo antes, jamás han dicho que Ecuador, un país eminentemente pacífico y democrático tienen un dictador, un opresor, un totalitario, un mandón, un absolutista. Ciegos, sordos y mudos aquéllos que desconocen la verdad de los hechos.

El auto secuestro del Presidente queda confirmado. La cacería de brujas que habíamos enunciado está a la orden del día. Secuestro real a policías insurrectos para llevarlos a declarar en la Fiscalía, sin acatar el debido proceso, violando sus garantías constitucionales, aunque se hayan rebelado contra sus superiores. Órdenes de prisión para un proceso investigativo, con el que pretende castigar a los policías y atemorizarnos a los ciudadanos, a los civiles. Un Fiscal General amigo íntimo de Correa que ordena a todos los fiscales de la patria para que emprendan una verdadera caza de brujas. Quieren resultados. Quieren presos. Quieren culpables. Quieren demostrar ante el país y el mundo que hubo intento de golpe de estado.

Son las mismas autoridades que no se ponen de acuerdo si hubo rebelión, motín, conspiración, plagio, tentativa de homicidio, subordinación, o si hubo secuestro o no al Presidente. Lo que vimos en los medios televisivos no pertenecientes al Gobierno, vimos a un Correa derrotado, llorón, solitario, que presuroso salía del cuartel policial para refugiarse en el Hospital de la Policía. Allí no vimos un secuestro. No vimos que ninguna persona, peor un policía haya retenido indebidamente al Presidente y lo haya llevado de rehén hasta el hospital policial.

Lo que se vio desde las 07h30 del 30 de septiembre, fue un centenar de policías que no habían ido a sus puestos de trabajo, y poco a poco iban recibiendo el respaldo de otros policías acantonados en otros cuarteles y provincias. ¿Qué si fue una rebelión? Particularmente opino que si hubo una rebelión. Los policías se rebelaron para exigir que no se les quite sus derechos económicos; que no les quiten su derecho a ser condecorados en sus ascensos; que no se les escatime unas bonificaciones pecuniarias; y, principalmente, que se vayan a su casa los generales de la cúpula por corruptos y porque no defendieron sus derechos. Es verdad que el levantamiento público es un delito contra el orden público, delito que es penado tanto por la ley civil como la militar, pero no es verdad que la rebelión haya estado encaminada para derrocar a Correa.

Incluso podríamos decir que más que rebelión en contra de Correa, fue un movimiento desordenado de policías contra sus Jefes policiales, y una protesta contra Correa por haber ordenado a los Asambleístas del gobierno, de Alianza País, a que con sus votos, aprueben el veto elaborado por el Presidente, con el que realmente les privó a más de 90.000 policías y militares sus derechos adquiridos, al igual que a más de 400.000 burócratas. Esta insurrección únicamente pretendía mantener sus derechos, pero jamás existió el famoso intento de golpe de estado. No está por demás adelantarnos a decir que el Presidente Correa y su agencioso Fiscal Pesántez moverán cielos y tierra para hallar culpables del “intento de golpe de estado”.

Los conspiradores policías que reclamaban sus derechos fueron unos pocos, hasta que Correa llegó al Cuarte Policial en forma prepotente; ofendió a los policías, los aguijoneó, hasta que ellos le ofendieron verbalmente. Llegó al colmo de pedir que le maten, y ahora los gobiernistas quieren acusar a los policías conspiradores por el delito de intento de homicidio al Presidente. Recuerden ecuatorianos, que si los policías, o los golpistas que están solo en la mente de Correa, hubiesen querido matarlo, lo hubiesen hecho cuando Correa los ofendió y ofreció su pecho tal cual un mártir. Los policías tuvieron más de 14 horas para matarlo y no lo hicieron.

Es más, el Presidente siempre estuvo custodiado en el Hospital Policial por miembros de la policía. Recibió a sus amigos, a la prensa, a legisladores gobiernistas, etc. Simplemente sus cálculos políticos le salieron mal y hubo una orden estúpida de enviar a los militares para que ingresen a rescatar al Presidente. Lo cierto es que cuando seis militares de élite lograron llegar primeros hasta la habitación donde minutos antes había estado el Presidente, fueron informados que el Presidente había sido liberado por la policía, y sin embargo, seguía el cruce de balas. Claro, Correa había negociado con la policía para salir del hospital, pero los policías no aceptaron que Correa vaya a reunirse con sus huestes civiles que estaban con frente al hospital, sino los policías lo evacuaron por la vía rápida que queda detrás del hospital.

Ahora vemos lo que ya habíamos dicho, la cacería de brujas está en marcha. Están buscando como locos a los políticos de oposición que Correa ya los destruyó años atrás; han iniciado centenares de investigaciones para dar con los “golpistas” para luego, con o sin pruebas condenarlos. La persecución en Quito a presuntos “golpistas” responsables del fallido golpe de estado está a la orden del día. Ya vendrán detenciones contra personas que no son políticos, contra periodistas, contra personas que él llama pelucones o de derecha. La caza de brujas está para largo, y peor cuando los “conspiradores” están solo en la mente de Rafael Correa.

Preparémonos para los días difíciles. Esto es solo el comienzo. Viva la patria.