martes, 9 de agosto de 2011





Desde hace más diez meses, la Asamblea Nacional está militarizada y bajo continuas declaratorias de estado de excepción dictadas por Rafael Correa (-el estado de excepción lo da el Presidente de la República únicamente en estos casos: cuando hay una agresión, un conflicto armado internacional o interno, grave conmoción interna, calamidad pública o desastre natural-). Punto. El estado de excepción puede ser prorrogado hasta por treinta días más, lo que da un total de 90 días o tres meses.

Correa una vez más viola la Constitución de la República, porque a cómo de lugar quiere que quede “pendiente” el intento de golpe de estado que dice se ha producido el 30 de septiembre del 2010, cuando en realidad el alzamiento de la tropa policial fue un asunto estrictamente laboral que afectaba a las fuerzas armadas, a la policía nacional y a los servidores públicos. Recuerden que dictó un decreto por el que les quitaba los derechos económicos adquiridos por ellos en sus ascensos. Incluso, se fue en contra de lo aprobado por sus alza manos borregos, y violando nuevamente la constitución, obliga a los servidores públicos a “renuncias obligadas” de sus cargos, según se dice a un costo de más de 200 millones de dólares, para luego llenar esas vacantes obligadas, con gente nueva, incapaz, sin conocimiento, etc. Su ego personal hizo que iniciaran juicios penales en contra de la policía nacional (no de los militares que cerraron dos aeropuertos y que también se sublevaron). Su odio a la policía nacional están contenidas en sendas cadenas nacionales para ofenderlos, llamarlos traidores, etc. Pese a ello, no existe una prueba de la intentona de golpe de estado. Diga Presidente en dónde están los conspiradores. Sin embargo, mandó a varios de sus ministros para presionar al juez que presidía la audiencia pública en donde se juzgaba por el delito de golpe de estado al Coronel Tapia, que antes de su prisión ilegal era el encargado de mantener el orden al interior de la Asamblea Nacional, y que ahora reemplazan los militares que no fueron sancionados. ¿Por qué? Los ecuatorianos sabemos que el Presidente tiene un ego patológico, enfermizo. Quiere el poder total y su autoritarismo.

Por disposición legal, el domingo 31 de julio del 2011 se debía nombrar los nuevos cuadros de la Asamblea, el Presidente, dos vicepresidentes, y vocales del CAL. Convocada la sesión, fue “reelegido” el arquitecto Fernando Cordero como su Presidente, con los incidentes vergonzosos que  son conocidos en el país.

Recordarán que en días anteriores el Movimiento Alianza País que lidera Rafael Correa perdió la mayoría legislativa, cuando la Asamblea de los alza manos no pudieron designar a  la oficialista Tania Arias como vocal del Consejo de la Judicatura en transición, cuando los gobiernistas alcanzaron apenas 58 votos de 124, pese a que el Ministerio de Relaciones Laborales decretó días antes un alza de $ 500 dólares norteamericanos para los asambleístas, con efecto retroactivo, desde el uno de enero del 2011, pasando a ganar cada legislador la suma de $ 5.700 dólares, mientras que el salario de los pobres de la patria apenas alcanza a $ 260 dólares. Con alza de sueldo y todo, el gobierno perdió una batalla y vino el susto de Correa que nuevamente amenazó a los asambleístas con la muerte cruzada, convocando a sus coidearios a hacer fuerza para impedir que la oposición se tome el Legislativo.

Así llegaron como candidatos a la Presidencia Fernando Cordero por Alianza País, y César Rodríguez ex AP que habría ofrecido llevar tres votos a la oposición. Se dieron discusiones fuertes entre asambleístas, por lo que terminó las aspiraciones de Rodríguez por no llevar los tres votos y se candidatizó a la asambleísta Betty  Amores, quien en la primera votación ganó la Presidencia. Lamentablemente la viveza criolla de los gobiernistas y del borrego mayor, dio al traste con esa elección. Antes, se tenía informes que el oficialismo y la oposición tenía cada uno 60 votos, por lo que cualquier voto era importantísimo para el gobierno de Correa. Comenzó a trabajar la maquinaria de la troncha gobiernista para conseguir votos como sea. Se utilizó cualquier medio para conseguirlos, llegándose al extremo por parte del oficialismo, el ordenar una revocatoria de un permiso de operación de un barco turístico en Galápagos de propiedad de un asambleísta de oposición, para antes de la votación, con un juez obediente, dejar sin efecto la medida. El asambleísta Fernando Vélez negoció su voto con Alianza País, para que los concejales de AP voten por su esposa, en su elección de Vicealcaldesa de la Provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas, como así se dio. Otro voto en blanco de un desconocido asambleísta de apellido Cuji, que se dice recibió algunos millones extrapresupuestarios para su provincia, etc. Para ganar la presidencia de la Asamblea se requería un mínimo de 63 votos, que obviamente no tenía ni tiene Cordero.

En el calor del toma y daca, los resultados de alguna votación desapareció misteriosamente de la pantalla del Pleno de la  Asamblea sin que el secretario proclamara los resultados. Comenzó la sapada oficialista cuando vemos en un video subido a la web, que Fernando Cordero ordena a su coidearia Irina Cabezas diciéndole “¡Para! ¡Anula la votación! (segundos de silencio)... Rectifica la votación. ¡Anula la votación! Acto continuo Cabezas anunció “Anulo esta votación”. Claro, el resultado fue la “reelección” del corcho Cordero, quien descorchó o destapó la viveza criolla para ungirse por unos días más en la Presidencia de la Asamblea, pues en los próximos días puede reverse la situación y Correa querrá aplicar la muerte cruzada.

Imagínense ustedes al Ministro de Relaciones exteriores Ricardo Patiño y a Fernando Cordero actuando en las negociaciones de los votos. Imagínense la injerencia del ejecutivo, cuando su Ministra de la Política también ofrece el oro y el moro por los votos que le permiten a Correa seguir entregando leyes para que sus borregos sólo aplasten un botón para su aprobación, sin que siquiera hayan leído ninguna de las disposiciones legales que van en contra del pueblo ecuatoriano. Imagínense al propio Presidente Correa negociando el voto de dos legisladores que él no quiere dar sus nombres. Qué vergüenza. Es el mismo oficialismo quien reconoce que existen “acuerdos políticos” (entrega de dineros o dádivas personales a los asambleístas comprados). Cuéntenos Presidente que les ofreció a esos dos legisladores. O simplemente les mandó a la casa de v… como es costumbre.