CABALLO DESBOCADO
La caída del precio del petróleo en el último año hizo que los ecuatorianos por fin pudieran ver la realidad calamitosa en que se encuentra el país. Los correistas corruptos miran absortos como se les va acabando la teta, se acaba la revolución ciudadana creada para chupar la riqueza de nuestra patria. Ven con pánico que su líder ya no podrá eternizarse en el Poder al más puro estilo de los Castro en Cuba (más de 50 años) o del gobierno chavista (más de 13 años). Ven asustados que deberán salir de sus cargos con ingresos millonarios en los que nada hacen y huirán, como ratas cuando se hunda el barco. Son pipones de sueldos dorados y de poca inteligencia. Ya no podrán heredar sus cargos a sus hijos. Ya no podrán disfrutar de la dulzura del poder.
Para los ecuatorianos honestos que somos
más, nos tocó ver los toros de lejos. Vimos un desgobierno total en casi diez años
de corrupción; de insultos; de agravios; de injusticias; del uso y abuso de la
justicia para perseguir a gente decente y honesta, cuyo delito es simplemente
pensar en forma distinta del mandatario ecuatoriano que se cree el dueño del país;
de la violación de los derechos humanos; de la violación diaria de la Constitución;
etc. etc. Vemos a un Correa asustado, agrio,
prepotente, que parece no haber aprendido nada. Su credibilidad ha bajado a tal
punto que no sabe todavía si corre como candidato a las elecciones de febrero
del 2017 o si pone a dedo al candidato de su movimiento político Alianza País.
Vemos un Correa indeciso que se las quiere jugar todas para mantenerse en el poder,
lo que le hace ser un tipo sumamente peligroso, como un animal herido. Vemos
un corrupto que no sabe lo que le puede ocurrir en mayo del 2017, porque de
seguro pierde las elecciones. Lo vemos temeroso a él y a su banda de ladrones y no habrá lugar en el Ecuador en donde puedan esconderse. Querrán llevarse el
dinero de los ecuatorianos en sacos como ya lo hizo un expresidente. Su
narcisismo hizo que no gobernara para el pueblo sino para su propio beneficio,
para su ego enfermizo, pese a que tuvo el apoyo inicial de todo el pueblo ecuatoriano
que puso sus esperanzas en un político joven, que les había prometido acabar
con la corrupción de los gobiernos anteriores, y que hoy corre como caballo
desbocado al final de su mandato, como el más corrupto de sus antecesores. Ahora,
comete errores y más errores que lo llevan a su sepultura política para el beneplácito
de los honestos que todavía soñamos en un país justo, rico y democrático.
Esperamos que todo el peso de la Ley caiga sobre él y sus huestes de saqueadores
de los recursos públicos.
Solo recordemos que en su millonaria campaña
política del 2006, ofreció luchar contra la corrupción, contra los banqueros
corruptos, contra los que nunca pagaron impuestos, etc. Jamás lo hizo. En diez años solo ha dictado
leyes y decretos en favor de los mismos corruptos de siempre. Él solo quería cumplir
con las políticas dadas desde Cuba y Venezuela, el plan del Socialismo del
Siglo XXI y ser Comandante del Ejército ecuatoriano con uniforme y todo. Tenía
que cumplir órdenes de los hermanos Castro, de Chávez. (Los guerrilleros de las
FARC de Colombia y Chávez hicieron cuantiosas donaciones para la campaña política
de Correa). Todo su desgobierno se debe a las malas compañías. Los Castro de
Cuba, Chávez de Venezuela, Kirchner de Argentina, Rousseff y Lula de Brasil,
Ortega en Nicaragua, Morales en Bolivia y otros pájaros de mal agüero de Socialistas
del Siglo XXI, quisieron aventurarse y aprovecharse de este bello país. Han tenido que pasar
diez años, para que los ecuatorianos se den cuenta de que ni el mismo Rafael
Correa sabe lo que es el Socialismo del Siglo XXI y se califica como “Progresista”.
Mi Ecuador es de gente valiente y muy trabajadora. Correa pasó de ser un mal
profesor universitario, a un copión sin beneficio de inventario de las recetas
que les dio los Castro y Chávez. Correa no hizo sino cumplir las órdenes dadas
por los modelos fracasados, que se dedicaron únicamente a saquera los dineros
de las arcas de sus estados. Obviamente,
su alta popularidad por la propaganda oficial en medios estatales (51% de medios,
tv, radios, periódicos y más de 1.000 trollers que ofenden, amenazan e insultan
en redes sociales) le dio al principio buenos resultados, pero los ecuatorianos
ya nos cansamos de sus sabatinas en donde se insulta, se ofende a todos los
ciudadanos, y en dónde se ordenan los juicios políticos de los que no están con
su movimiento Alianza País. Queremos un cambio de gobierno. No queremos el
comunismo, ni el socialismo. Somos un país hermoso con gente inteligente y
honesta. Ojalá esta vez el pueblo no se equivoque. Ojalá no se den nuevas aventuras
de ganar las elecciones en las computadoras programadas de antemano, en donde
hacen votar hasta los muertos. Las autoridades electorales son incondicionales
de Correa.
El Papa Francisco, nacido en la
Argentina y que vivió dictaduras y corrupción en su país (la era de los Kirchner
peronistas), decía a la “prensa corrupta europea” que “la corrupción es
adictiva y genera pobreza”. Cuanta razón la tiene. Solo miremos nuestro país y
los países gobernados por los Socialistas del Siglo XXI, sus fracasos, sus
dictaduras disfrazadas de democracia, en donde los corruptos están siendo
juzgados e irán a la cárcel.
El ex Presidente de Uruguay José Mujica manifestó
hace unos pocos días: “Le tengo gran respeto a Maduro, pero eso no quita que le diga
que está loco, loco como una cabra”. En Ecuador diríamos que el Presidente Correa también está más loco
que una cabra y más loco que Maduro y corre como caballo desbocado sin importarle
el peligro que ello acarrea. Su mala gestión económica, social y política
equivocada no debe ser olvidada, sino juzgada. No tiene ni ha tenido jamás un
Plan de Gobierno. Tuvo la suerte de ser elegido Presidente cuando gozábamos de
un precio elevado de petróleo. Nunca tuvo un Plan de Gobierno. Comenzó a “gobernar”
como si se tratara de un rico heredero que no sabe ni cómo gastar su dinero heredado,
pero con sus asesores corruptos y la revolución ciudadana malgastó una gran
fortuna. Sólo en diez años pudo despilfarrar más de 350.000 millones de dólares.
Ya se verán las cuentas. La justicia tarda,
pero llega. Viva mi Ecuador.