lunes, 4 de octubre de 2010

El jueves 30 de septiembre del 2010, subí a mi blog “Denunciamos en Ecuador” un repaso de los sucesos más vergonzosos que hayamos visto jamás, cuando unos 120 policías habían paralizado sus labores (no salieron a sus puestos de trabajo) y se habían congregado en el cuartel policial Regimiento Quito. Exigían un diálogo con el gobierno, tendiente a conseguir se derogue la Ley de Servicio Público (en lo que les afectaba) que el Presidente Correa había ordenado a sus dóciles asambleístas gobiernistas de Alianza País lo aprueben, ley que les quita derechos adquiridos por los miembros de las Fuerzas Armadas y la Policía, como el de recibir condecoraciones en sus ascensos y una bonificación especial, a quienes cumplían quince años de servicio.

Vimos al Presidente Correa llegar al cuartel policial en una actitud prepotente, envalentonado, bravucón, como un “gran jefe”, que esperaba que los policías bajen la cabeza, se cuadren ante su superior y le obedezcan, al igual que lo hacen los asambleístas gobiernistas de Alianza País, que están acostumbrados a bajar la cerviz y obedecer todas las órdenes de su jefe. Veíamos que Correa antes de los incidentes llevaba en su mano izquierda una máscara antigases (¿preparado para su jornada?) y apoyado sobre el techo de una camioneta, increpaba con una cara de pocas pulgas a los policías pedigüeños; no oíamos lo que decía el Presidente, pero su actitud prepotente lo decía todo, pero oímos a una mujer policía que le gritaba “mentiroso”. Luego pasó entre los policías hasta ubicarse en un segundo piso, en dónde minutos antes un General de la Policía había tratado de hablar ante su tropa. En esa misma ventana, con micrófono en mano vimos un Correa desencajado, trastornado, alterado, enloquecido, asustado. Lo vimos en una actitud provocadora, como un antagonista belicoso y no como conciliador o que haya tenido el ánimo de dialogar con los policías que habían gritado consignas de sus justos reclamos. Vimos un Presidente insultador, que se burló de la Policía. En un momento de angustia se le oyó al ofensor gritar, y abriéndose su camisa como queriendo mostrar su pecho, dijo “si me quieren matar, aquí estoy, mátenme si tienen valor”, a lo que los policías le respondieron con gritos y silbatinas que derogue la ley. El Presidente terminó su “diálogo” con “ni un paso atrás”, copiando palabras expresadas en un momento crucial de la patria por el ex Presidente Durán Ballén cuando la guerra del Cenepa con el Perú.

Salió del cuartel policial entre gritos, bombas lacrimógenas, golpes, silbatinas, agua, etc., recibiendo en el tumulto su propia medicina, la misma que dio a estudiantes, a trabajadores, a ciudadanos de la Provincia de Orellana, a pobladores en Dayuma, en la zona oriental de Zamora Chinchipe cuando envió 1.500 policías a dar palo, bala y gases a unos pocos mineros para quitarles su trabajo. En su precipitada carrera el Presidente ha ido a refugiarse, -aunque ustedes no lo crean-, en el Hospital de la Policía que queda a pocos pasos del cuartel policial.

¿Nos preguntamos muchos de los ecuatorianos, porqué no fue el Presidente a refugiarse o curarse del espanto en el Hospital Metropolitano de Quito, que queda precisamente al frente del Hospital de la Policía? ¿Por qué no fue al Palacio Presidencial, su hogar y bastión?

De pronto, pasadas las doce de la mañana, desde el Hospital de la Policía, el Presidente Correa ordenaba que todos los medios de información del país debían conectarse a una Cadena Nacional Obligatoria e Indefinida; dictaba un decreto de excepción para que las fuerzas armadas se hagan cargo de la seguridad del país. Los medios oficialistas, a través de unos mentecatos periodistas gobiernistas comenzaron a desinformar al país; entrevistaban a todos los amigos del gobierno; entrevistaban a los funcionarios del régimen, quienes desinformaban a los ecuatorianos y a la prensa internacional, hablando de una rebelión de la policía; que tenían secuestrado al Presidente; que había intentos de desestabilización de la democracia; más tarde se dijo que era un intento de golpe de estado; luego, de intento de matar al Presidente; de magnicidio, etc., etc. Como consecuencia de la infortunada orden del gobierno, la cadena nacional sirvió para que se produjeran desmanes en Quito, Guayaquil y otras ciudades del país, con asaltos a mano armada, saqueos, etc. La cadena gubernamental fue una total vergüenza, porque los periodistas gobiernistas desinformaron al Ecuador y al mundo, con una verdad a medias. Lo que en principio fue solo un reclamo de 120 policías se convirtió en una guerra campal de graves consecuencias. Gobiernos amigos de Correa, le daban su respaldo por el intento de golpe de estado; la OEA se reunió para repudiar “el intento de golpe”, para proteger la democracia, etc. etc.

Quienes vivimos en el Ecuador sabemos que aquí no existe democracia; que Correa ha destrozado al país, ha dividido a los ecuatorianos; la violación a la ley y a la Constitución es de todos los días; la corrupción es una enfermedad endémica, extendida, a la que no se pone fin; no hay seguridad jurídica; las instituciones del Estado fueron desmanteladas; el ataque diario a los medios de comunicación, hace que no exista una prensa libre y democrática; ataque a los estudiantes universitarios; el odio creado a través de una infamante cadena nacional del informe presidencial de todos los sábados, en contra de los llamados pelucones; la lucha de clases; delitos gobiernistas sin sanciones; mentiras y ofensas en los monólogos del Presidente; millones de dólares gastados en una alienante propaganda gobiernista; inseguridad ciudadana porque el gobierno ha puesto en la calle a más de diez mil ladrones nacionales y extranjeros, etc.etc.

No señores. No hay democracia en el país. No hay democracia en el Ecuador. Tampoco es verdad que los policías secuestraron a Correa y lo llevaron al hospital, en dónde Correa recibía a sus Ministros de Estado, a sus simpatizantes, a la Presidenta encargada de la Asamblea Nacional que no dio paso a la sesión convocada de la Asamblea Nacional que pudo terminar con el bochornoso auto intento de homicidio, auto intento de golpe de Estado. La locura temporal del Presidente por decir lo menos, fue la causa de que se diera una balacera que terminó con siete ecuatorianos muertos y más de ciento noventa heridos.

¿Podrá el hombre tener su conciencia tranquila? ¿Podrá cambiar su manera de pensar? ¿Será la policía o el ejército o la marina la encargada de dar bala a los estudiantes y servidores públicos por las leyes aprobadas a la fuerza y que saldrán a manifestarse en las calles?

A los gobiernos democráticos de la región y del mundo les pedimos que no se dejen impresionar y engañar por las mentiras de Correa. ¿Acaso existe democracia en Venezuela, en Cuba, en Bolivia, en Nicaragua, en Ecuador? NO.

Se vienen más días negros para los ecuatorianos y la región hispanoamericana. El Fiscal Pesántez amigo íntimo de Correa ya ha iniciado acciones para sancionar a policías y militares que intervinieron en los actos que el Presidente incitó y estimuló con su discurso para luego rasgarse la camisa y pedir que lo maten. Dice que los policías serán castigados con el máximo rigor de la Ley. El Fiscal solo debe investigar con imparcialidad, pero esto es pedir peras al olmo. Sabemos que habrá una cacería de brujas, en donde serán millares de policías los sancionados. Percibimos que militares y policías no se quedarán cruzados de brazos. La herida quedará abierta.

¿Acaso no debe el Fiscal Pesántez investigar la actuación del Mandatario Ecuatoriano por ir a un cuartel policial para crear desorden, ya que con sus actos posteriores como su discurso violento, el dar su decreto de excepción y sobre todo con la orden de una cadena nacional de medios donde los ecuatorianos veíamos asombrados como se daba una balacera y vimos como caía herido de muerte un policía y otro centenar de heridos? ¿Acaso lo actuado por el Presidente Correa no constituye un delito tipificado en el Código Penal ecuatoriano? ¿Es que la justicia es solo para los de poncho? ¿Acaso la actuación de Correa no afectó el honor nacional, o fueron los funcionarios de su gobierno?

Ya lo veremos.
patriciod.blogspot.com

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