martes, 26 de abril de 2011

CONSULTA POPULAR 2


El Presidente Correa abrió las fronteras de nuestra patria para que puedan ingresar sin requisito alguno, todos los ciudadanos del mundo. Lo que seguramente jamás pensó -(personalmente creo que no piensa, sino actúa visceralmente)- , es que vendrían gentes indeseables de otros países, los rechazos sociales. Han ingresado ladrones, asaltantes, terroristas, narcotraficantes, trata de blancas, sicarios, asesinos, etc., que encontraron en el Ecuador un refugio perfecto para sus crímenes. Correa desmanteló todas las instituciones del Estado, entre ellas la inteligencia policial y militar, dejando al país en manos de bandas de narcotraficantes bien organizadas, comandadas por extranjeros que ni siquiera hablan nuestro idioma. Sin embargo se han dividido el país en zonas para sus delitos; se han dividido las ciudades más importantes del Ecuador para cometer crímenes atroces de los que el país hasta antes del 2007 no los tenía. Nuestro país se convirtió en refugio de criminales y delincuentes que son defendidos gratuitamente por el gobierno de Correa. Solo recordemos que Ecuador se convirtió en trinchera y lugar de descanso de las FARC de Colombia (que entregaron narco dólares para su campaña política); se convirtió en paso obligado de toneladas de drogas que van hacia Estados Unidos y Europa; en residencia de narcotraficantes del cartel de México y de Colombia; se convirtió al país en productor de cocaína; en tierras para la siembra de la coca,  etc. Todo con  el beneplácito de Correa.
La criminalidad trepó en forma alarmante. Correa dijo que era “pura percepción” de  los ecuatorianos; que no había criminalidad en el país; que los índices delincuenciales no habían subido, sino que la “oposición” alarmaba a la ciudadanía; que no existen ladrones y criminales que vinieran del exterior, sino que eran los pobrecitos de los ecuatorianos que no tienen empleo, los que asaltan y roban sólo celulares, a tal punto que el borrego mayor de la Asamblea, presentó un proyecto de ley para evitar que los celulares robados circulen en el país.
Los ecuatorianos vemos con temor y resignación como la criminalidad escala a niveles alarmantes, pavorosos, oscuros. La gente sale a su trabajo con miedo a ser asaltado o morir. Las autoridades policiales, las autoridades gubernativas nada hacen para combatir este increíble flagelo. (La patria ya es de todos). Es más, lo único que ha hecho Correa es atacar a la función judicial, a los jueces, a la justicia ecuatoriana, a quien culpa de los altísimos índices de delincuencia. Sólo recordemos, que Correa desde que asumió la Presidencia en el año 2007, no ha hecho otra cosa sino echar la culpa de sus errores, a uno de los poderes más importantes del estado ecuatoriano, la antes llamada Corte Suprema de Justicia, hoy Corte Nacional de Justicia. Recordemos que el Procurador General del Estado y el Fiscal General atacaban diariamente a los jueces de la República, ofendiéndoles con epítetos groseros por decir lo menos.  Al Fiscal General se le acabó el casete de insultos, hasta que su esposa ocupando un carro del estado provocó la muerte de la señora Natalia Eme.
Como los ecuatorianos reclamamos la inseguridad en la que vivimos, Correa vio su “oportunidad de llamar a Consulta Popular” para disqué parar la delincuencia que ya no era pura percepción, sino que definitivamente se había convertido en un problema social de grandes proporciones. Pensamos que la consulta popular se daría sobre el tema que nos tiene alarmados, la delincuencia brutal, cruel e imparable. Pero NO, la consulta tiene por objeto tomarse el último poder del estado, la justicia, el Poder Judicial. La consulta nada dice sobre aumentar las penas a los delincuentes, a los violadores, a los sicarios, a los asalta bancos, etc. NO dice nada sobre cómo parar la delincuencia y poner tras las rejas a los malhechores, a los asesinos, a los asaltantes. NO, nada de esto. La consulta solo es una ficción, una mentira gigante de Correa. La consulta está encaminada NO al encarcelamiento de los bandidos, sino para perseguir judicialmente a la oposición; a los buenos de la patria; a los honrados; al pueblo trabajador que Correa dice ayudarlo desde hace más de cuatro años y nada. La consulta tiene por objetivo perseguir a los que se oponen al gobierno; quiere encarcelar a los pocos ecuatorianos decentes que tienen la valentía de luchar por la libertad de pensamiento, por la libertad de expresión. ¿Acaso olvidamos que están enjuiciados y presos más de 190 dirigentes populares, por sólo reclamar derechos? ¿Acaso olvidamos los muertos del 30-S?  ¿Acaso olvidamos las decenas de demandas de más de quinientos millones de dólares (libres de impuesto como el caso Banco del Pichincha) que Correa reclama a periodistas  y medios de comunicación por daño moral?
El gobierno ecuatoriano gasta en propaganda oficial, más de cuarenta millones de dólares mensuales (sin contar los medios oficiales); gasta más de quinientos millones de dólares al año. ¿Y que dicen las propagandas oficialistas? NADA. Mienten y engañan. Han pasado más de cuatro años del gobierno de la revolución ciudadana, pero la salud sigue peor que antes; niños mueren en los hospitales; pobres que no tienen acceso a medicinas gratuitas; hospitales del gobierno que dan turnos a los pacientes para que sean atendidos después de tres o cuatro meses; en Quito y Guayaquil cerraron centros de salud municipales que atendían miles de pacientes diariamente, y que ahora al acudir a hospitales públicos, se les niega la salud. Los colegios de la costa y la sierra, no tienen cupos para los miles de estudiantes que quieren educarse; los padres de familia hacen colas desde el día anterior a la matrícula, durmiendo en el piso, con tal de obtener un cupo que les es negado. Los accidentes de tránsito no son solo culpa  de los choferes, sino de la improvisación del gobierno que arregló varias vías, entre ellas la vía denominada “Panamericana”,  con dos carriles: uno de ida y otro de vuelta, con siete metros de ancho, con las mismas curvas peligrosas de hace más de cien años. Entonces los accidentes se deben también a la falta de estudios técnicos, por dar contratos millonarios a dedo, convirtiendo esas vías en la “Ruta de Muertes”.
Son más de cincuenta millones de dólares que emplea el gobierno para una consulta inconsulta, innecesaria, nimia. (No se toman en cuenta los viajes presidenciales con sus ministros, aviones, helicópteros, edecanes, soldados policías, guardaespaldas, etc., que Correa emplea en una campaña estúpida,  con dineros del pueblo). No debería existir esa consulta, y si se dio la misma, a Correa no le corresponde pedir el voto por el sí, sino hacer conocer las preguntas al pueblo, incluyendo los anexos de decenas de páginas que nadie conoce, ni el mismo Correa. El dinero de la consulta debería gastarse en construir cárceles modernas en todas las provincias de la patria, porque éstas se llenarán con miles de ciudadanos decentes, honrados, que tendrán sed de libertad, de justicia, y que necesitarán de cárceles decentes para paliar las órdenes de prisión ilegales, que dictarán jueces y fiscales sumisos y obedientes al poder del de turno. Por ello, NO, DIEZ  VECES NO a las preguntas infames de la consulta.

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