jueves, 23 de abril de 2009

PARA RECORDAR

Un desconocido economista, que llegó a tener un cargo de profesor en la Universidad San Francisco de Quito, ahora funge de Presidente de los ecuatorianos. El profesorado universitario le sirvió de trampolín para llegar al Ministerio de Economía, cargo en el que se desempeñó aproximadamente por cuatro meses.

Obviamente, en su corta carrera profesional el economista no tenía dinero -(ver sus declaraciones de impuesto a la renta)-; no era un hombre adinerado aunque sí pelucón de agache, porque se lleva bien con los pelucones banqueros que nos robaron los ahorros que con tanto sacrificio guardamos en esas entidades bancarias, y a los que hoy perdona o condona sus deudas, al aprobar con una resolución de la Superintendencia de Bancos, que sus amigos pelucones ladrones, no paguen los intereses y gastos millonarios incurridos en la también ladrona AGD creada para recuperar el dinero que hoy regala a sus amigos pelucones.

Sin embargo, pese a no poseer dinero, en el año 2004 pudo llevar adelante una campaña política en la que gastó varios millones de dólares. Los ecuatorianos no conocemos de dónde sacó tanto dinero, aunque sí “percibimos” de dónde procedía el dinero. ¿Verdad señor Presidente? ¿Acaso Larrea y Chauvín a través de las FARC de Colombia le proveyeron de varios millones de dólares? ¿Acaso existe de por medio un convenio con los narcoterroristas o lo que usted no los quiere llamar narco guerrilleros sino simplemente los llama rebeldes? La historia lo dirá en su oportunidad.

El dinero del pueblo en malas manos genera corrupción; se dan gastos superfluos; se crea más burocracia dorada; se crean ministerios que no hacen falta con gente incompetente; se derrocha a manos llenas y no se hacen obras. ¿Verdad? Pero el pueblo es sabio, ya lo percibe, ya está despertando. Por ello, es indudable que en su momento saldrá a las calles a batirse por su libertad, por su autonomía, por su libre albedrío, por la democracia, por el hambre, por la inseguridad delictiva que crece día a día en todas las ciudades, por la inseguridad jurídica, por la pobreza de más del 70% de ecuatorianos, por la falta de trabajo, por la carencia de obras, etc., aunque esta vez correrá sangre inocente en la calles de mi patria, porque la lucha será desigual. Ciudadanos indefensos, sin armas contra policías y militares corruptos. Ojalá me equivoque, pero las acciones de su majestad están encaminadas a perpetuarse en el poder sin que le importe un carajo el hambre del pueblo que creyó en él.

Recordemos que para las elecciones del 2004 el desconocido economista no tenía dinero ni para comprarse una casa, sin embargo gastó millones de dólares. El desconocido y pobretón economista gastó nada más ni nada menos que una pequeña fortuna en su campaña política, a tal punto que pudo competir en igualdad de condiciones con el millonario ecuatoriano Álvaro Noboa.

La campaña electoral del 2004 para elegir al Presidente de Ecuador se dio en dos vueltas. En la primera ganó Álvaro Noboa con un 26,83% de los votos, frente a un 22,84 de Correa. Es decir, había una diferencia de cuatro puntos. En la segunda vuelta electoral, luego de que los dos candidatos gastaran varios millones de dólares, Correa ganó la Presidencia con el 56,67% de los votos, frente a los 43,33 % de Noboa, es decir una diferencia de 13 puntos. Se denunció un fraude electoral que no ha sido aclarado hasta la fecha. En esa ocasión, no concurrieron a votar dos millones quinientos mil ciudadanos. Votaron ocho millones seiscientos cuarenta mil ecuatorianos. Hago esta aclaración, para que en las elecciones del domingo 26 de abril, veamos si efectivamente el 30% de los empadronados no acuden a votar como es usual en todas las elecciones, o si esos empadronados asoman como votantes y den paso a un manejo fraudulento que hará posible un triunfo de Correa. Ya lo veremos.

Desde el 2004 en que Correa lastimosamente ganó las elecciones al no tener un oponente carismático, ha venido haciendo una campaña ilegal con los recursos de los ecuatorianos; desleal y afrentosa contra los que cree sus adversarios políticos. Pero de gobernar, ni fu ni fa.

En el año 2007, para las elecciones de Asambleístas Constituyentes, Correa obtuvo un triunfo esperado por la mayoría de ecuatorianos que querían un cambio. A esa fecha, ya habíamos más de un millón de arrepentidos, porque avizoramos que Correa simplemente nos había engañado. Sus ofrecimientos de campaña al más puro estilo populista fue un descomunal engaño para el pueblo empobrecido, arruinado, desvalijado y que tenía esperanzas de un cambio. Votaron 430.000 blancos y 665.000 votos nulos.

Para la consulta popular en el mismo año 2007, el SI de Correa obtuvo un 81,72 % de los votos, mientras que el NO obtuvo el 12,43% de los votos. A esa fecha, esa votación se dio cuando Correa llegó al más alto nivel de popularidad.

Para el 2008, los asambleístas en forma ilegal nos obligaron a votar por un mamotreto de Constitución, la misma que fue redactada por los asesores españoles de Chávez y no por los asambleístas alza manos de su gobierno. No había escapatoria, no había otra constitución para escoger la mejor. La pregunta formulada era ilegalmente engañosa, embaucadora, mañosa, tramposa y había que votar. Sin embargo, ya los ciudadanos se dieron cuenta del engaño y el SI obtuvo el 63,93% de los votos, y el NO el 28,10% cifra ésta última que representa, un millón seiscientos cincuenta mil ecuatorianos frente a los cuatro millones de Correa.

Fíjense ecuatorianos, que de los triunfos abrumadores de Correa, sus electores han ido bajando paulatinamente. Los escándalos que día a día nos enteramos, llevan a la baja popularidad de su majestad; la corrupción en las altas esferas; los errores o soberbia del presidente; el hecho de llevarse con la narco guerrilla colombiana y no con el Gobierno de Colombia, ha hecho que la popularidad de Correa baje a cifras insospechadas, imprevistas, inesperadas. Por ello, estoy convencido, que pese a existir una gran dispersión de votos por existir 8 binomios presidenciales (Lucio Gutiérrez; Álvaro Noboa; Martha Roldós; Rafael Correa; Melba Jácome; Carlos González; Diego Delgado; y Carlos Sagnay), en las elecciones de este domingo habrá sorpresas; Correa no llegará ni al 40% de los votos. De haber existido una oposición seria, con propuestas innovadoras, con seguridad que Correa hubiese sido vencido con facilidad en una primera vuelta. Hoy tenemos que esperar los resultados. En las elecciones se pueden dar muchas sorpresas, si es que Correa no mete mano con el Consejo electoral de bolsillo, con un fraude electoral que tendrá repercusiones muy graves.

Para ganar estas elecciones, Correa no ha escatimado en gastos. El dinero de los ecuatorianos le ha servido para elevar su ego personal, para elevar más su autoestima personal, (pueden leer el artículo LA AUTOESTIMA DEL PRESIDENTE, ingresando en Google DENUNCIAMOS EN ECUADOR.COM), para tener un “buen vivir” sólo para él y sus partidarios burócratas; se da lujos como el comprar un avión de 30 millones; un helicóptero de más de 5 millones; pasearse turísticamente por todos los rincones de la patria, llevando sus ministros o gabinetes itinerantes, 4 veces al mes, todas las semanas, con gastos pagados con los dineros del pueblo; súmese a ello acompañantes o invitados especiales, como ex funcionarios y amigos de las FARC, vehículos del estado, combustibles, alimentación de millares de militares, policías, guardaespaldas, alza manos; tener un chef belga para sus comidas del palacio presidencial, etc. etc.

Nos preguntamos: ¿El pueblo qué ha recibido a cambio de los millones y millones de dólares gastados por Correa? Nada. No existen obras, pese haber entregado miles de millones de dólares a dedo, sin concursos y violando normas constitucionales, como el haber declarado 19 emergencias que jamás tuvo el Ecuador, pero que le sirvieron para entregar dinero en forma ilegal en todos los rincones de la patria a cambio de votos que le mantengan en el poder.

Como ven mis queridos lectores, la corrupción ya es de todos; el narcotráfico y la guerrilla ya es de todos. La corrupción está al más alto nivel. Viva la fiesta. La corrupción avanza. La corrupción ya es de todos. ¿El fraude ya es de todos?

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