Los problemas económicos que tienen España,
Portugal, Grecia, Italia, Francia, etc., todavía no han sido superados en la UE
y USA. Hubieron y hay voces de ciudadanos que protestan y se enfrentan con la
policía de otras naciones; se tomaban y se toman parques, plazas, calles, en
donde la gente puede manifestar su inconformidad ante la crisis económica
creada por los banqueros poderosos del mundo; se tomaban las calles para
protestar por la grave situación
económica de sus países, y lo que hicieron es salir para exteriorizar su
rabia, su impotencia, la falta de trabajo, etc., pero INDIGNADOS, porque habían
perdido sus derechos adquiridos, sus empleos, su economía, etc., pero no su
libertad de opinión, su libertad de prensa, su libertad de expresión. Los manifestantes
sumaban millones. Realmente estaban indignados y hubo un remezón a todo nivel,
con más preocupación de los políticos en los asuntos de sus ciudadanos. Se
revisaron políticas económicas, sociales, de salud. En fin, los indignados
ganaron y siguen luchando.
Al otro lado, en Ecuador, el Presidente Correa
persigue a todos los ciudadanos ecuatorianos –no hay quien se salve- que no
acepte sus órdenes, sus disposiciones, su sentencia, sus caprichos, sus deseos,
su terquedad, su intransigencia, su prepotencia, su opresión, su poder. Pobres
de aquellos ciudadanos que queremos
manifestar nuestra inconformidad con el gobierno populista, mentiroso y
corrupto. Se nos acusa de terroristas o se inventan un delito para iniciar una
acción penal, o nos envían gente armada y pagada a enfrentarnos con palos e
infundir temor en las personas honestas. Si una comunidad indígena hace
ocupación de una vía, plaza o carretera para expresar su descontento, su
enfado, sus reclamos, su inconformidad, por
falta de escuelas, de maestros, de servicios, de transporte, de
hospitales, centros de salud, etc., son enjuiciados penalmente acusados de
terroristas. Son millones de ecuatorianos que no tenemos un trabajo para
mantener nuestra familia, peor un trabajo digno, y se nos viene quitando la
libertad de expresión. Estamos indignados.
Los ladrones, los cuatreros, los delincuentes, los
forajidos, los asesinos, los terroristas de las FARC -que resultaron ser
íntimos amigos del gobierno de Correa que colaboraron económicamente en la campaña
presidencial-, los lavadores de dinero, ministros de estado y funcionarios
corruptos, bien muchas gracias. Hay funcionarios que ganan sueldos de más de
60.000 dólares anuales más “muertos y heridos”, mientras el trabajador en general,
apenas tiene un empleo por el que percibe menos de 3.600 dólares al año. ¡Qué
diferencia noo…Así funciona la revolución ciudadana. Los pobres más pobres; la
clase media en pobreza, y, los ricos, los nuevos ricos y funcionarios del
estado, bien, bien juntitos, pero bien…Nuestro Ecuador se ha convertido en un
país de miedo, miedo al gobierno, miedo por la inseguridad de las personas que
tenemos pánico de salir a las calles para no ser asaltados y heridos, miedo por
crímenes violentos a manos de hampones
armados contra todo un pueblo sin armas, miedo porque estamos desprotegidos,
miedo a la persecución política. No tenemos seguridad jurídica, porque los
jueces son nombrados a dedo y obedecen ciegamente las órdenes de Correa y sus
funcionarios corruptos; no tenemos seguridad económica, porque se crean nuevos
impuestos al pueblo, nos ordenan que paguemos al Servicio de Rentas Internas el
5% de todos nuestros ahorros de muchos años para poder sacar nuestro dinero a
naciones más seguras. Lo mismo hacen los funcionarios del gobierno, el primo
del Presidente, que saca sus buenos ahorros al paraíso Fiscal de La Florida.
Habrá que preguntar si pagó el 5% que pagamos los ecuatorianos, los pequeños
productores, las pequeñas empresas que importan productos o materia prima y que
encarecen el producto nacional. ¡Cosa de
gracia!
Ellos, los ahora nuevos ricos del país no se
complican; van sumando y ahorrando miles de dólares. Luego son defendidos por
la justicia finita del Presidente en las cansinas cadenas de radio y televisión,
empleando recursos del Estado, minimizando el asunto con un argumento infantil
que su primo ha comprado un departamentito de 250 m2 no más, y que es de clase
media. ¡Qué tal!
Los ecuatorianos están como adormilados, miedosos,
aceptando sin protesta toda la falsa propaganda del gobierno, la falta de
libertad de expresión, la falta de libertad de opinión. Nos van cerrando las
puertas. No les importa la libertad de pensamiento, de opinión, de prensa. No
les importa el futuro de sus hijos, de sus nietos. Unos callan porque son
empleados de la revolución ciudadana con buen sueldo y enmudecen para no ser
despedidos. Otros, callan por miedo de
ir a la cárcel. No hay nadie todavía que pueda elevar el grito de protesta. No
hay quien diga basta ya a las ofensas e
insultos de Correa. No hay nadie que le diga a Correa POR QUE NO TE CALLAS. No hay nadie que nos lidere para salir a las
calles también indignados ante tanto abuso para reclamar nuestros derechos de
ciudadanos, derechos políticos, derechos de opinión, derechos de libertad de
prensa, derecho a vivir en paz dentro de nuestros hogares. Ya basta de miedos.
No nos dejemos engañar por este gobierno que lo único que hace es propaganda
política de obras inexistentes, y de las pocas que ha hecho (asfaltar las vías
antiguas) no quiere ser fiscalizado, no quiere transparentar los gatos, no
quiere hacer saber los millonarios sobreprecios. Qué de los sobreprecios en
todos los contratos; qué de los porcentajes para algunos vivos del PAIS, etc. Viva
la corrupción.
Si bien es verdad que en nuestro país murió la
justicia -cuando el Presidente dijo: “meteré la mano en la justicia” y creó el
Consejo de la Judicatura con un Ingeniero al frente, cuando la Constitución
dice que los vocales de ese Consejo deben ser abogados. Los vocales fueron
nombrados a dedo, y éstos a su vez, a dedo designaban a última hora los jueces temporales
que tenían que cumplir la orden de Correa. Solo recordemos el proceso penal vergonzoso,
ilegal e inconstitucional que quedará en
los anales de historia ecuatoriana y del mundo, como un atentado a la libertad
de expresión, a la libertad de opinión, como un monumento a la estupidez humana
y la corrupción, cuando Correa se frotaba las manos pensando percibir una
inmensa fortuna, una recompensa económica de cuarenta millones de dólares (sin
trabajar) o quedarse con el Diario El Universo. Recordarán que la sentencia contra
un periodista de opinión y sus propietarios la dictó nada más ni nada menos que
el abogado del Presidente Correa, quien desde su escritorio, el Chuky Seven
redactó la sentencia que la firmó un juez temporal designado a última hora, a
dedo, para que dicte la sentencia a favor de Correa y que luego recibió del
gobierno un “ascenso” a magistrado en la Judicatura de la Ciudad de Guayaquil.
Buen premio al chico de la revolución ciudadana. El periodista Palacio ahora
mismo acaba de recibir asilo político de los EUA. Antes, él y tres propietarios del Diario guayaquileño, ante el reclamo y presión
de la prensa mundial obligaron al presidente ecuatoriano a rectifica su
actuación y fueron “perdonados” por éste,
“sin olvido”. ¡Bien Presidente, eres lo máximo!
El mundo da la vuelta, ya veremos en dónde querrán
asilarse el Presidente y sus amigos. Luego dirán que son “perseguidos políticos”.
Hasta sus amigos íntimos lo dejarán solo. Ya lo verán. ESTAMOS INDIGNADOS.